En particular, en la relojería de pulsera hay un aspecto del método o del procedimiento que, si lo ponemos en práctica, nos ahorrará eventuales incidencias al final del trabajo. Se trata de la verificación y el control de las operaciones de forma visual mediante útiles ópticos.

A estos útiles ópticos los llamamos lupas y son muy conocidas entre los profesionales relojeros. Sin embargo, aún siendo muy conocidas, todavía tenemos algunas dudas sobre su utilización y sobre cuáles son las que se  adaptan mejor a cada necesidad.

En este sentido, debemos tener en cuenta que hay una lupa del aumento para cada ocasión, siendo las de mayor aumento las que menos se utilizan.

Las lupas sirven para verificar y controlar el trabajo realizado, pero también para poder hacer el trabajo o la operación en el reloj de forma segura y eficaz. Por ejemplo: En el momento de aceitar una piedra del puente de rodaje o de colocar aceite en el plano de impulsión de la paleta o, incluso, de aceitar la piedra de contra-pivote del parachoques del eje de volante, será necesario utilizar una buena lupa de aumento para hacerlo de forma correcta.

Las lupas se pueden dividir en:

  • Lupas de trabajo constante.
  • Lupas de verificación y control específico.
  • Lupas de gran aumento para controlar las imperfecciones de los elementos y partes del reloj.

Juego de lupas en la mesa de trabajo para reparar un reloj de pulsera

Las lupas de trabajo, son las que se utilizan de forma constante durante toda la jornada laboral del relojero. Esta lupa de poco aumento se deberá sostener de manera que el relojero se encuentre cómodo con su enfoque y con la distancia adecuada de trabajo.

Por su parte, las lupas de verificación y control son de más aumento y sólo se usan para comprobar una operación concreta.

Finalmente, las lupas de gran aumento se usan de forma esporádica para controlar las imperfecciones de los elementos y partes del reloj si es necesario.  Son de muchísimo aumento y se recomienda su uso ocasional y breve.

En resumen, el relojero debería disponer en su mesa de trabajo de tres lupas de forma habitual, que son: una de bajo aumento 2,5 a 3,5, otra de verificación de 10 o 12 aumentos y la de gran aumento de 16 a 20 o más; incluso puede ser un binocular.