Para poder diseñar y fabricar un reloj como el Bulova Accutron, se tuvo que esperar a que los componentes electrónicos que mantendrían en funcionamiento el diapasón, se redujeran de tamaño, de manera que fuera posible montarlos en un reloj de pulsera de tamaño estándar.

Cuando la industria de los componentes electrónicos pudo suministrar transistores, condensadores y resistencias de tamaño adecuado al reloj, se inició la fabricación y se introdujo en el mercado relojero de la época.

Esta entrada con fuerza en el mercado relojero, se produjo a principios de los años 60 del siglo XX; consiguiendo (con el modelo de la fotografía) un gran éxito, que perdura hasta nuestros días.

Observación : actualmente es un reloj de coleccionista muy apreciado.

En comparación con cualquier reloj de pulsera mecánico de la época; el sistema de regulación por diapasón; conseguía mejores resultados de afinación que ninguno; solo desbancado en el 69 por el reloj de cuarzo.

Observación: debemos comentar que en algunas posiciones determinadas, al no tener el diapasón equilibrado con contrapesos  producía algunas alteraciones en la marcha.

El modelo Spaceview en concreto no dispone de esfera o cuadrante horario; este es remplazado por cuatro índices colocados debajo del cristal en un círculo graduado dispuesto alrededor del movimiento; que deja ver el mecanismo y en concreto el órgano regulador (un diapasón) que vibra a 360 Hertzios.

Nota: para este modelo en concreto, la puesta en hora se realiza por detrás de la caja.

De todos los relojes de pulsera con regulación por diapasón, ya sean de Bulova o de otras marcas; este  modelo que nos ocupa, no es el más preciso aunque si es el más deseado por los entusiastas del sistema y del  modelo en cuestión.

No es el más preciso a pesar de tener una muy buena frecuencia en el regulador; por culpa de no haber pensado en el factor equilibrio del diapasón al cambiar de posición el reloj.

Otros en sus construcciones ya tuvieron en cuenta esta anomalía y la pudieron subsanar con contrapesos regulables.

Incluso con el defecto que todos los coleccionistas saben a estas alturas, no tiene competencia a la hora de ser el más buscado y deseado.

Funcionamiento resumido

El mecanismo lo componen dos partes bien definidas: la electrónica y la mecánica.

Con la miniturización de los componentes como las bobinas, los transistores condensadores y resistencias se pudo ensamblar para fabricar los circuitos del reloj.

La alimentación se realiza gracias a una pila de tamaño reducido que es imprescindible para mantener el diapasón en funcionamiento.

Si el diapasón no vibra; los componentes y partes mecánicas del movimiento no funcionan, puesto que la energía eléctrica hace trabajar al diapasón y este a su vez con el movimiento de uno de sus brazos, pone en funcionamiento unos impulsores que hacen girar la primera rueda del rodaje (la más delicada y difícil de ajustar).

En el dibujo vemos de izquierda a derecha: la pila, una representación del circuito electrónico, el diapasón, la rueda dentada con los trinquetes y el rodaje (las flechas señalan la dirección de la energía, ya sea eléctrica o mecánica).

Nota: las láminas o trinquetes son dos y contienen en sus extremos unos rubíes que entran en contacto con los dientes de la rueda.

El conjunto de trinquetes lo forman: uno de retención y otro de impulsión; estos dos elementos con su rueda dentada en forma y posición adecuada, hacen que todo funcione; sin un ajuste correcto del conjunto en ningún caso el reloj podría marcar la hora con precisión.

Todo el movimiento y energía necesario para que las agujas del reloj giren a su hora, depende de la energía eléctrica guardada en la pila ( en su momento de óxido de mercurio).

La energía eléctrica de la pila se dirige a los componentes y estos a su vez hacen vibrar los brazos del diapasón por efecto del paso de esta corriente por los hilos (muy finos) de las dos bobinas, que están alojadas dentro de los núcleos del diapasón.

El resto no deja de ser un reloj de tipo convencional.

Observación: cuando Seiko en el 69, sacó al mercado su primer reloj de cuarzo con agujas, empezó la decadencia de todos los relojes a diapasón.

Puede que la excepción fuera el Bulova Accutron: se salvó de la debacle comercial, gracias a su diseño y a sus fieles consumidores.